La hipercolesterolemia familiar (HCF) es una dislipidemia hereditaria caracterizada por una elevación permanente y aislada de las lipoproteínas de baja densidad (LDL) circulantes. La HCF presenta frecuentemente una transmisión codominante con dos formas clínicas. Por lo general, la forma heterocigota es clínicamente silenciosa, pero puede ser diagnosticada a cualquier edad mediante un perfil lipídico completo (realizado después de un ayuno de más de 12 horas) y de marcadores diagnósticos basados en el historial familiar (al menos de tres generaciones) o un historial personal de enfermedad arterial coronaria, depósitos extravasculares e hipercolesterolemia aislada, que no responda a una dieta controlada de lípidos. La forma homocigota es muy rara, con aparición durante los dos primeros años de vida y caracterizada por: depósitos extravasculares de colesterol (xantomas cutáneos o tendinosos), niveles de LDL y arteriopatía (estenosis aórtica, enfermedad arterial coronaria) que se manifiesta antes de los 10 años de edad. La hipercolesterolemia de herencia recesiva (menos de 20 casos descritos hasta el momento) se caracteriza por xantomas y/o aterosclerosis en niños con hipercolesterolemia grave, nacidos de padres con niveles lipídicos normales. Los genes estudiados son: ABCA1,ABCG5,ABCG8,APOB,APOC3,APOE, CYP21A2,LDLR,LDLRAP1,LPL,PCSK9