La galactosemia es un trastorno autosómico recesivo que resulta de una deficiencia de 1 de las 3 enzimas que catalizan la conversión de galactosa en glucosa: galactosa-1-fosfato uridiltransferasa (GALT), galactoquinasa (GALK) y uridina difosfato galactosa-4-epimerasa (GALE). La galactosemia por deficiencia de epimerasa puede clasificarse en 3 tipos: generalizado, periférico e intermedio. La galactosemia generalizada de deficiencia de epimerasa produce una actividad enzimática profundamente disminuida en todos los tejidos, mientras que la galactosemia de deficiencia periférica de epimerasa da como resultado una disminución de la actividad enzimática en glóbulos rojos y blancos, pero una actividad enzimática normal en todos los demás tejidos. Esto se compara con la galactosemia de deficiencia intermedia de epimerasa que resulta en actividad enzimática disminuida en glóbulos rojos y blancos y menos del 50% de los niveles normales de enzima en otros tejidos. Clínicamente, los lactantes con galactosemia generalizada de deficiencia de epimerasa desarrollan síntomas como disfunción hepática y renal y cataratas moderadas cuando están en una dieta normal de leche, mientras que los lactantes con galactosemia con deficiencia periférica o intermedia de epimerasa no desarrollan ningún síntoma. La galactosemia generalizada por deficiencia de epimerasa es tratada por una dieta limitada a la galactosa y la lactosa, que puede mejorar o prevenir los síntomas de disfunción renal y hepática y cataratas leves. A pesar del tratamiento adecuado desde una edad temprana, los individuos con galactosemia generalizada de deficiencia de epimerasa siguen teniendo un mayor riesgo de retraso en el desarrollo y discapacidad intelectual. El déficit de galactosa epimerasa es una forma muy rara, entre moderada y grave, de galactosemia caracterizada por signos de moderados a graves de de las alteraciones en el metabolismo de la galactosa; está causado por mutaciones en el gen GALE (1p36) que codifica para la enzima UDP-galactosa 4-epimerasa. En los casos graves, la enfermedad es potencialmente mortal; la aparición de estos síntomas puede resolverse o prevenirse mediante una dieta restrictiva en galactosa.